martes, 18 de agosto de 2020

Mi Reina..

#MiRelato

Yo soy un perverso escritor porque mi imaginación va más allá de ver a una mujer, a la mujer ahí que hacerla reina en la calle y frente a la sociedad, y serás envidiado,  pero en la cama tendrás que hacerla una puta, y mostrarles el mundo en su máxima expresión,  aquí mi relato:
Aspiro ver tu piel agotada por acceder a mis deseos, mis  placeres, mi lujuria, deseo ver nuestros cuerpos sudorosos, y verte gritar saciada al límite de tu pasión,  recorrer despacio tu desnudez, arroparte entre mimos y besar tu clímax hasta el cansancio arrancaré tus bragas y lameré desde el culo hasta tu vagina, desde el cuello hasta la orilla de tus piernas y te giraras y abrirás más tus piernas, dejaré marcas en tu cuerpo para que recuerdes los minutos que pasaste a mi lado, con éste loco, seré tu amante, el verdugo de tu piel, de tu carne de tu sexo, corregiré tus errores cogiéndote duro y sin piedad, tus gemidos se escucharán hasta el infierno y los demonios se morirán de envidia, de ver cómo lo disfrutas. Te tome por la cintura separe sus piernas con mis manos y me hundí en ti, te embestía  una y otra y otra vez dándote placer mientras gritabas de pasión, te metí mi pene hasta el fondo  de tu garganta, casi te quedabas sin respiración lo disfrutaba bastante, me gusta ver tus ojos como se brotan y casi lloras por soportar mis deseos, te sometí a mi lujuria al mundo que nadie te mostro al sufrimiento por placer, te dejé la marca de mi mano en tus nalgas, apretabas  tus piernas por la sensación que te provocaban mis nalgadas, Vestí tu piel con mis besos, tome la  rienda de tu cuerpo, la humedad de mi sexo, encendió el fuego en mí con la pasión más salvaje, con esa que nace del fondo de mis lujurias, de mis perversiones y mis deseos, del juego de la perversidad de mi lengua, donde hago mi voluntad, domino tu mente con facilidad, pero ten presente siempre que aquí no hay nada de sentimientos para ti, esto es un juego donde intercambiamos deseo, placer, lujuria.
Vende tus ojos sonreías un poco y cuando ya no veías nada mi mano cayó fuerte sobre tu nalga de ahí amarre tus manos a cada lado de la cama con los grilletes, del mismo modo ate tus pies, ahí estabas indefensa a mí, a mi lujuria, que me incitaba a hacerte lo que no conocías,  algo nuevo para ti, saque un vibrador y comencé a recorrer por tu entrepierna a lo cual tu cuerpo respondía con gritos y de este modo también puse  una mordaza (Bola Gad) en tu boca, así no podrías gritar, tome mi  látigo y comencé desde tus pies hasta tu cuello recorriendo sutilmente cada espacio de tus pies, de tus piernas,  de tu abdomen, después de un rato, vi como tus pezones estaban tan erguidos que decidí poner unas pinzas en ellos, te retorcías de dolor y deseo pues de tu vagina brotaba el delicioso majar de ti, nuevamente pose mi lengua en tu clítoris y con el vibrador empecé a jugar de nuevo, verte así excitada y sufriendo me gustaba me inspiraba a darte más placer, por ende, decidí poner un poco de hielo donde rozaba con el tu vagina y cada vez me parecía más excitante verte así postrada a mis deseos mirando como luchabas para soltarte pues te retorcías y al mismo tiempo gemías y lo hacías con gusto, con placer prendí de nuevo el vibrador y lo pase por tus senos, fui bajando lentamente hasta tu vagina donde entraba y salía sin ningún problema,  pues tu excitación era tanta que las sabanas estaban tan mojadas que pase mi lengua sutilmente en tus  labios y recorriendo tu cuello llegue tus pechos quite las pinzas y comencé a morderlos apretabas las  nalgas, lograba  sentir ese deseo de que  te hiciera mia  asi que quite mi pantalón, baje mis bóxer y quite los grilletes de tus tobillos tome tus piernas y las postre en mis hombros, ansiosa me pedía que se la metiera, así lo hice, se la puse en la entrada y fue metiéndose poco a poco, sentía como exploraba lo más profundo de tu interior. Lo saque suavemente con movimientos delicados para que tu excitación fuera más vulnerable, te acostumbras, poco a poco a mis movimientos, los cuales se hicieron más fuertes y seguía penetrándote y nos vinimos llenándote toda de mi leche caliente. Seguí dándote fuertes embestidas  un rato más, mi pene seguía duro, tu vagina  apretada y me decías que no paraba, lo saque y baje tus piernas, te quite los grilletes de las manos, te puse de perrito y te la comencé a meter de nuevo, dándote fuertes embestidas, sentía como mis testículos golpeaban contra tus nalgas, provocando de nuevo un orgasmo, tus piernas parecían no tener las fuerzas para mantenerte, mientras yo seguía dándote sin piedad, uno de mis dedos entraban en tu culito apretado, me decías que por ahí no, pero estaba embrujado ante tanta lujuria que había experimentado, lo saque, abrí tus nalgas y metí mi lengua en su orificio, ya dilatado, cada vez más y más, me levante y comencé a enterrártelo lentamente, me decías que con cuidado, gritabas, gemías, llorabas, pero te la seguía metiendo lentamente, hasta el fondo, te dolía, no lo niego, lo vi en tus ojos pero se sentía rico, muy delicioso, comenzó a bombearte el culo, te tenía ahí disfrutando de esta rica y nueva aventura, sentía como me descarga en lo profundo de tu culito, te besaba la espalda y apretaba tus senos, mientras dejaba hasta mi última gota dentro de ti, te lo saque, y creo que te  dolió más, que cuando entró, pero ya  había terminado ese celestial martirio, mi leche escurría por tus piernas. Ufff   caí en tu pecho bese sus senos,  acariciaste mi cara y me dijiste que rica cogida. Haz de mi placer tu mayor satisfacción, pensamiento con un poco de perversión, eres el deseo que enciende la más pervertida pasión en mí.
Autor 
Wers White
Imagen tomada de la web

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